Nota: La información presentada en este artículo se facilita únicamente con fines informativos y no constituye asesoramiento, diagnóstico o tratamiento médico profesional. Consulte siempre a un médico o profesional sanitario cualificado cualquier duda relacionada con una afección o tratamiento médico.
Aunque no suelen ser graves, los mariscos pueden ser un problema antiestético y embarazoso para quienes los padecen. Veamos las causas y las soluciones.
¿Qué son los mariscos anales?
Los mariscos son pliegues de piel en el canal anal. Su tamaño puede variar desde unos pocos milímetros hasta 1 o 2 centímetros, y pueden ser redondos o planos.
Los mariscos son simples tumores cutáneos que no suelen ir acompañados de dolor. Sin embargo, pueden provocar prurito anal y picor.
Si sufre dolor o picor en la zona anal, entre las posibles causas se encuentran las hemorroides o las fisuras anales. En este caso, te recomendamos que consultes a un proctólogo o gastroenterólogo para que te dé consejos más precisos.
¿Cuáles son las causas de las fisuras anales?
Los mariscos suelen estar causados por un acontecimiento previo: por ejemplo, un parto, hemorroides o una fisura anal que ha producido lesiones y, por tanto, cicatrización. A menudo es este proceso de cicatrización, por ejemplo en torno a una trombosis hemorroidal, el que puede causar mariscos.
¿Cuáles son los síntomas del marisco?
Como hemos dicho, el principal síntoma de los puntos negros suele ser la apariciónde una protuberancia, que no va necesariamente acompañada de dolor o picor.
Sin embargo, los lunares pueden provocar la formación de pliegues y arrugas alrededor de la zona anal. Como esta zona es cálida y húmeda, las marcas pueden provocar maceración, lo que a su vez puede causar inflamación, irritación y picor. Esto suele denominarse prurito anal.
Los mariscos también pueden causar irritación si provocan un mayor roce con el papel higiénico durante las deposiciones.
Si se produce sangrado o dolor, es probable que los mariscos estén relacionados con hemorroides, fisuras anales o una afección médica más grave, como la enfermedad de Crohn. Si este es el caso, es importante consultar a un médico para tratar la causa subyacente de los mariscos.
¿Existe algún tratamiento natural o de venta libre para los mariscos?
Dado que los mariscos son un crecimiento de la piel, no suele haber tratamiento farmacológico, ya sea con o sin receta, natural o de otro tipo.
En la mayoría de los casos, los pacientes consultan a su médico para descartar el riesgo de una patología más grave. Este es un paso importante para evitar cualquier riesgo de complicación o diagnóstico erróneo. Una vez que los pacientes han sido tranquilizados por su médico en el sentido de que la afección no es grave ni entraña riesgos, la mayoría opta por no proceder a la cirugía.
Sin embargo, hay casos en los que los mariscos justifican una operación: algunos pacientes experimentan molestias importantes durante la defecación, otros prefieren extirpar los mariscos para permitir un mejor sexo anal, y algunos pacientes pueden experimentar molestias psicológicas debido a la naturaleza estética de los mariscos.
En estos casos más raros, se puede considerar una operación en consulta con un médico.
¿En qué consiste una operación de marisqueo?
La operación de extirpación de los mariscos suele realizarla un cirujano-proctólogo. Es una operación menor, que suele realizarse con anestesia local en la consulta del médico, y dura unos diez minutos.
Normalmente, el paciente puede abandonar la consulta inmediatamente después de la operación.
Riesgo de recidiva postoperatoria
Dado que los mariscos se producen por la cicatrización de una herida, el cirujano no puede garantizar que la cicatrización postoperatoria no provoque una recidiva.
Sin embargo, en la mayoría de los casos, la cicatrización no conduce a la formación de mariscos nuevos o más pequeños.
Conclusión
Los mariscos son un crecimiento de la piel alrededor de la zona anal, generalmente sin dolor ni gravedad. Es importante consultar a un profesional sanitario para confirmar el diagnóstico. En la mayoría de los casos, los mariscos no requieren tratamiento ni cirugía. Si se requiere cirugía, suele realizarse con anestesia local en la consulta del proctólogo. Es importante tratar las causas subyacentes de los mariscos, que pueden ser hemorroides o una fisura anal, por ejemplo.